EL VIAJE DE
JASÓN Y LOS ARGONAUTAS
Hablábamos en otro post del enorme impacto taquillero de Hércules (1958) y Hércules y la reina de Lidia (1959) de Pietro Francisci, en la que ambas hacían referencia a los argonautas y su búsqueda del vellocinio de oro, aunque en el segundo título para mostrar el punto final del épico periplo. La suerte estaba echada y los estudios italianos no tardaron en rodar Los gigantes de la Tesaglia (1960) de Riccardo Freda basado en el mismo argumento aunque esta vez sin el forzudo héroe en sus aventuras.
Los gigantes de la Tesaglia es una producción muy modesta como casi todos los peplums de la época, excluyendo naturalmente los venidos de Hollywood, mejor dicho los producidos por las grandes firmas, que en este caso contaban con presupuestos espectaculares y generalmente mejores resultados. Dichas superproducciones solían rodarse bien en suelo español bien en suelo italiano, generalmente en Cinecitta en la que los grandes actores nacionales aparecían en papeles secundarios o de extras en algunos casos. Muchos consideraban este hecho una humillación pero eran películas rodadas en sonido directo en lengua inglesa y ya es sabido la gran torpeza que tenemos los latinos con el idioma de William Shakespeare.
El viaje a la Cólquida (actual Georgia en el este del Mar Negro) era un tema apetitoso y con posibilidades de una buena aventura y como veremos el cine y posteriormente la televisión no le dieron jamás la espalda. Esos héroes griegos que viajaban a bordo de la nave Argos (Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta — única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera, y por cierto olvidada por el cine —, Meleagro...) que parten desde Yolcos para realizar una prueba que le permitaa Jason reconquistar el trono que le fue arrebatado de forma traicionera por el malvado Pelias.
Ray Harryhausen llevaba tiempo interesado en este argumento que rodó en tierras españolas, como es habitual, añadiendo en postproducción sus famosos muñecos articulados que alcanzaron gran importancia en el mundo de la animación.
El viaje a la Cólquida (actual Georgia en el este del Mar Negro) era un tema apetitoso y con posibilidades de una buena aventura y como veremos el cine y posteriormente la televisión no le dieron jamás la espalda. Esos héroes griegos que viajaban a bordo de la nave Argos (Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta — única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera, y por cierto olvidada por el cine —, Meleagro...) que parten desde Yolcos para realizar una prueba que le permitaa Jason reconquistar el trono que le fue arrebatado de forma traicionera por el malvado Pelias.
Ray Harryhausen llevaba tiempo interesado en este argumento que rodó en tierras españolas, como es habitual, añadiendo en postproducción sus famosos muñecos articulados que alcanzaron gran importancia en el mundo de la animación.
Jasón y los argonautas (1963) está considerada una auténtica obra maestra. Cuando Ray Harryhausen recibió en 1992 un Oscar honorífico en homenaje y reconocimiento a toda su carrera, el actor Tom Hanks reconoció la película como una de las mayores obras maestras del cine aunque los críticos jamás la consideraron como tal, despreciándola por su fantasía. Pero la realidad es tozuda, en su día no tuvo éxito y se quedó sin rodar la segunda parte de la misma, cuando los argonautas regresan a Yolco para que Jasón recupere su trono, así como las peripecias del viaje de vuelta.
Todd Armstrong, Nancy Kovack, Gary Raymond, Michael Gwynn, Laurence Naismith, Niall MacGinnis, Douglas Wilmer, Honor Blackman, Patrick Troughton, Nigel Green formaron el reparto de tan grande película, no era una superproducción pero sí contaba con un presupuesto modesto pero superior al de los colegas italianos. Don Chaffey era su director, aunque la autoría siempre es atribuida a Harryhausen.
Todd Armstrong, Nancy Kovack, Gary Raymond, Michael Gwynn, Laurence Naismith, Niall MacGinnis, Douglas Wilmer, Honor Blackman, Patrick Troughton, Nigel Green formaron el reparto de tan grande película, no era una superproducción pero sí contaba con un presupuesto modesto pero superior al de los colegas italianos. Don Chaffey era su director, aunque la autoría siempre es atribuida a Harryhausen.
En esta versión reaparece Hércules (Nigel Green) pero ya en su madurez, con una poblada barba grisácea para escapar de la imagen de Steve Reeves entonces tan de moda. Y también el personaje de Hylas (John Cairney) ausente en la película de Pietro Francisci, aunque se disimula su relación con el forzudo griego. Al desaparecer el muchacho en la isla desierta tras su encuentro con el gigante Talos, Hércules decide quedarse para buscarle.
Resulta curioso el fracaso comercial de esta película cuando en sucesivas reposiciones, pases televisivos y ediciones en vídeo se convirtió a la larga la más rentable de la producción de Harryhausen, prematuramente jubilado de la industria del cine por considerar sus efectos anticuados en el mundo moderno de la digitalización.
Pero para la historia quedan todas sus secuencias inolvidables como la del desfiladero de rocas que se cierran cuando pasan los barcos, el Simplégades, pero la aparición de Tritón, hijo de Neptuno o Poseidón, permite superar la prueba con éxito.
La escena de las arpías que atormentan a Fineo, el adivino, es también modélica sobretodo porque termina por darle un toque de humor en su resolución, aunque la secuencia cumbre es la pelea de Jasón contra los esqueletos armados y sus dificultades para vencerlos. ¿Cómo matar a quien ya está muerto?
Que a Harryhausen le negaran el Oscar a los mejores efectos especiales fue una injusticia flagrante. En España se tardó mucho en verse la película en las salas por ser considerada "poco comercial" y también porque Jasón rechaza la ayuda de los dioses y los trata con muy poca consideración.
En la mitología griega, las Simplégades, también conocidas como Rocas Cianeas o Rocas coincidentes, eran un par de escollos que flotaban y entrechocaban aleatoriamente. Los argonautas fueron los primeros que consiguieron superar con éxito este obstáculo, aunque habrían muerto aplastados por las rocas si no hubiera sido por el consejo de Fineo: Eufemo dejó una paloma volar entre las rocas, que perdió solamente las plumas de su cola. Los argonautas entonces remaron poderosamente para conseguir pasar, perdiendo solamente parte del ornamento del barco. Después de eso, las Simplégades dejaron de moverse y permanecieron inmóviles. A menudo suelen situarse geográficamente estas rocas en el estrecho del Bósforo.
Los romanos las llamaron cyaneae insulae.
En el Olimpo nos encontramos a Honor Blackman, famosa por su aparición en la serie Los vengadores antes de ser sustituida por Diana Rigg y que se convirtió en leyenda por su papel en James Bond contra Goldfinger (1964), aunque en este caso omitieran su lesbianismo por motivos mercantiles.
Blackman es aquí Hera, la protectora de Jasón a la que sólo puede ayudar en muy escasas ocasiones.
El irlandés Niall MacGinnis, el Menelao de Helena de Troya (1956) de Robert Wise, es Zeus, el más importante dios del Olimpo. Tiene ese punto de ironía y sarcasmo de tan paternal personaje.
Todd Armstrong y Nancy Kovack, Jasón y Medea, no son rostros muy conocidos. Dos actores norteamericanos que fueron escogidos más por su presencia física que por sus cualidades. Al igual que otros intérpretes parecidos sus carreras no fueron demasiado distinguidas y se les recuerda sólo por este título mítico de Harryhausen.
Blackman es aquí Hera, la protectora de Jasón a la que sólo puede ayudar en muy escasas ocasiones.
El irlandés Niall MacGinnis, el Menelao de Helena de Troya (1956) de Robert Wise, es Zeus, el más importante dios del Olimpo. Tiene ese punto de ironía y sarcasmo de tan paternal personaje.
Todd Armstrong y Nancy Kovack, Jasón y Medea, no son rostros muy conocidos. Dos actores norteamericanos que fueron escogidos más por su presencia física que por sus cualidades. Al igual que otros intérpretes parecidos sus carreras no fueron demasiado distinguidas y se les recuerda sólo por este título mítico de Harryhausen.
Tuvimos que esperar al año 2000 para que Jasón y los argonautas volvieran asomarse a las pantallas, esta vez televisivas. Los efectos digitales sustituyeron a los del gran Harryhausen, pero esta vez sí conocimos el destino de los argonautas. Brian Thompson es el nuevo Hércules, conocemos que ésta es su última aventura Fallece a causa de las flechas recibidas para conseguir el vellocinio y se convierte en constelación. Una muerte que nada tiene que ver con la mitológica a causa de una túnica que le entrega su mujer Dejanira con sangre envenada de un centauro.
Jasón y los Argonautas en Busca del Vellocino de Oro (2000) se distribuye en dos capítulos dirigidos por Nick Willing, con Jason London, Jolene Blalock, Dennis Hopper, Frank Langella, Natasha Henstridge, Derek Jacobi, Brian Thompson, Mark Lewis Jones. Estamos lejos de la obra maestra de Harryhausen, aunque nos encontramos con una producción modesta realizada con total dignidad.
Al menos no insulta al espectador como hacen las aventuras televisivas de Kevin Sorbo, pero los productos televisivos son demasiado rutinarios para brillar y para escribir páginas gloriosas cinematográficas. Es más, una producción que aprovecha el éxito de otra película para existir. Una película subsidiaria de otra.
Lo mismo podría decirse de Greek Gods and Goddesses: Jason and the Argonauts (2004) de Jean-Claude Bragard con Nick Brimble como Hércules.
Se anuncia finalmente Jason and the Argonauts: The Kingdom of Hades (2012) pero carecemos de datos sobre su contenido.
Al menos no insulta al espectador como hacen las aventuras televisivas de Kevin Sorbo, pero los productos televisivos son demasiado rutinarios para brillar y para escribir páginas gloriosas cinematográficas. Es más, una producción que aprovecha el éxito de otra película para existir. Una película subsidiaria de otra.
Lo mismo podría decirse de Greek Gods and Goddesses: Jason and the Argonauts (2004) de Jean-Claude Bragard con Nick Brimble como Hércules.
Se anuncia finalmente Jason and the Argonauts: The Kingdom of Hades (2012) pero carecemos de datos sobre su contenido.
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