TEMPLARIO (2011)
Cuando se estrenan películas históricas sobre Inglaterra las monarquías más recurrentes son: el mítico rey Arturo y sus leyendas; los Plantagenet (Enrique II, Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra) y los Tudor (Enrique VIII y su hija Isabel).
Enrique VIII y Juan Sin Tierra parecen competir por el dudoso título de monarca más odiado no sólo por la nación sino por todo el mundo por la difusión internacional de estas películas.
La mala fama de Juan I de Inglaterra puede ser considerada injustificada dentro de lo perverso que es el sistema monárquico, fue un rey que gravó con muchos impuestos la corona pero eran para pagar los enormes gastos de la cruzada de su hermano Ricardo. Al fallecer éste se negó a participar en la cuarta para evitar los enormes gastos que esto comportaba y como represalia los historiadores, monjes en su mayoría, le presentaron como un ser extraordinariamente mezquino.
Fue monarca porque su hermano mayor no tuvo hijos legítimos, Ricardo I "Corazón de León" según algunas fuentes era homosexual (El león en invierno lo apunta, pero es un detalle olvidado en casi todas las películas sobre este personaje) y su esposa Berenguela de Navarra no tuvo hijos. Al parecer no fue feliz en su unión que era más decorativa que real.
Enrique VIII y Juan Sin Tierra parecen competir por el dudoso título de monarca más odiado no sólo por la nación sino por todo el mundo por la difusión internacional de estas películas.
La mala fama de Juan I de Inglaterra puede ser considerada injustificada dentro de lo perverso que es el sistema monárquico, fue un rey que gravó con muchos impuestos la corona pero eran para pagar los enormes gastos de la cruzada de su hermano Ricardo. Al fallecer éste se negó a participar en la cuarta para evitar los enormes gastos que esto comportaba y como represalia los historiadores, monjes en su mayoría, le presentaron como un ser extraordinariamente mezquino.
Fue monarca porque su hermano mayor no tuvo hijos legítimos, Ricardo I "Corazón de León" según algunas fuentes era homosexual (El león en invierno lo apunta, pero es un detalle olvidado en casi todas las películas sobre este personaje) y su esposa Berenguela de Navarra no tuvo hijos. Al parecer no fue feliz en su unión que era más decorativa que real.
El punto de partida de Templario (2011) recuerda el final de Robin Hood (2010) de Ridley Scott. Juan Sin Tierra debe de firmar una Carta Magna que garantice la libertad de los ingleses, pero en realidad se la pasa por el foro asesinando a quienes le obligaron a hacerlo. Más lo menos lo que Fernando VII de España hizo con la Constitución de 1812 de las Cortes de Cádiz, traer un ejército extranjero para derogarla y asesinar a quien la promovió. Estas películas citadas nos lo presentan como un déspota que cree que el poder le ha sido concedido por dios y que le autoriza a hacer lo que le plazca con la vida de sus súbditos. Es decir que se convierte en un monarca absoluto, en un auténtico tirano que se dedica a realizar felonías sin cuento.
En este filme de acción medieval se jubila a Ivanhoe y Robin Hood, las figuras más recurrentes en estos relatos históricos y se recurre a Thomas Marshall (James Purefoy), un templario con voto de castidad. Purefoy es un rosto conocido pese a no ser una auténtica estrella, de momento, porque fue el chulesco Marco Antonio de la serie Roma de HBO. No es una superproducción pero sí una película digna que ha interesado al público amante de espectáculos violentos, al cine de pura acción.
Las escenas de lucha, muy frecuentes, rodadas cámara en mano le añaden esa sensación de violencia gore recreándose en detalles innecesarios como amputación de miembros y desgracias similares. El guión es ultratópico, parece haber sido redactado con un manual que existe en la industria cinematográfica porque siempre pasa lo mismo. Los diálogos dan la impresión de haberlos escuchado en miles de ocasiones. El resultado es un filme excesivamente clásico, la película que se parece a otras películas pero que al estar realizados con corrección no aburre y se ve con cierta simpatía porque carece de pretensiones.
Templario es un título recomendable si se carecen de pretensiones cinéfilas, no gustará al erudito pero sí al espectador que sólo busque pasar el rato en una sala y después en el pase del DVD en su domicilio. En este sentido cumple con lo que promete. Es un espectáculo honesto aunque rutinario.
En este filme de acción medieval se jubila a Ivanhoe y Robin Hood, las figuras más recurrentes en estos relatos históricos y se recurre a Thomas Marshall (James Purefoy), un templario con voto de castidad. Purefoy es un rosto conocido pese a no ser una auténtica estrella, de momento, porque fue el chulesco Marco Antonio de la serie Roma de HBO. No es una superproducción pero sí una película digna que ha interesado al público amante de espectáculos violentos, al cine de pura acción.
Las escenas de lucha, muy frecuentes, rodadas cámara en mano le añaden esa sensación de violencia gore recreándose en detalles innecesarios como amputación de miembros y desgracias similares. El guión es ultratópico, parece haber sido redactado con un manual que existe en la industria cinematográfica porque siempre pasa lo mismo. Los diálogos dan la impresión de haberlos escuchado en miles de ocasiones. El resultado es un filme excesivamente clásico, la película que se parece a otras películas pero que al estar realizados con corrección no aburre y se ve con cierta simpatía porque carece de pretensiones.
Templario es un título recomendable si se carecen de pretensiones cinéfilas, no gustará al erudito pero sí al espectador que sólo busque pasar el rato en una sala y después en el pase del DVD en su domicilio. En este sentido cumple con lo que promete. Es un espectáculo honesto aunque rutinario.
Título: Templario (2011)
Título original: Ironclad
País: UK, USA
Estreno en USA: 00/06/2011
Estreno en España:
Genero: Accion, Aventuras
Productora: Mythic International Entertainment, Film & Entertainment VIP Medienfonds 4 GmbH & Co. KG (I), Premiere Picture, Silver Reel, VIP 4 Medienfonds
Director: Jonathan English
Guión: Jonathan English, Erick Kastel
Reparto: Kate Mara, Jason Flemyng, Brian Cox, Derek Jacobi, Paul Giamatti, James Purefoy, Aneurin Barnard, Erick Kastel, Mackenzie Crook, Charles Dance, Vladimir Kulich, Guy Siner
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