AIR DOLL (2009)
Hacía 22 años que no iba al cine club del Centre de Lectura, sito en mi Reus natal, pero los médicos que me atienden en mis otoñales (a veces pienso que invernales) achaques me han recomendado encarecidamente que cambie rápidamente de hábitos si no quiero irme prematuramente al cementerio de mi ciudad metido en una urna de cenizas.
En fin, no voy a narrar nada desagradable en estas líneas. Desde que asistí a la Mostra de Valencia en el 2007, no asistía en una proyección en un local como Dios (o el destino) manda. Los cines comerciales de mi ciudad suelen ser muy impersonales y generalmente cuando acudo a sus salas suelo estar sólo y triste viendo las películas de rigor ante una pantalla que me ofrece imágenes descoloridas.
Extrañamente los DVDs me ofrecen unos colores más vivos en mi TV de pantalla panorámica con una imagen de alta definición. Así, a lo largo del año, me suelo ver entre de todas las nacionalidad y géneros, menos del terror porque me tienen ya harto con un encasillamiento tan inútil como estúpido.
Así pude disfrutar de una proyección en una sala de gran valor arquitectónico como es el teatro Bartrina con la compañía de amigos de infancia o de reciente adquisición, lo cual para mí ha sido importante por vencer al miedo de salir de noche que he tenido durante las últimas décadas de mi existencia.
En fin, no voy a narrar nada desagradable en estas líneas. Desde que asistí a la Mostra de Valencia en el 2007, no asistía en una proyección en un local como Dios (o el destino) manda. Los cines comerciales de mi ciudad suelen ser muy impersonales y generalmente cuando acudo a sus salas suelo estar sólo y triste viendo las películas de rigor ante una pantalla que me ofrece imágenes descoloridas.
Extrañamente los DVDs me ofrecen unos colores más vivos en mi TV de pantalla panorámica con una imagen de alta definición. Así, a lo largo del año, me suelo ver entre de todas las nacionalidad y géneros, menos del terror porque me tienen ya harto con un encasillamiento tan inútil como estúpido.
Así pude disfrutar de una proyección en una sala de gran valor arquitectónico como es el teatro Bartrina con la compañía de amigos de infancia o de reciente adquisición, lo cual para mí ha sido importante por vencer al miedo de salir de noche que he tenido durante las últimas décadas de mi existencia.
Y ahora pasemos a la película que he visto en el cine-club de mi ciudad al que he aludido. Se titula Air Doll de Hirokazu Koreeda, película de nacionalidad japonesa. Me suele gustar mucho la cultura refinada de este país oriental y siempre me complace ver una película que nada tiene que ver con el adocenado cine comercial de las multinacionales que entienden la cinematografía como un negocio dirigido a públicos lelos de escaso cerebro. Por desgracia a veces tienen razón, pero no voy a dedicarme aquí al insulto gratuito por no ser de mi interés.
Air Doll no tiene espectaculares efectos especiales, su factura es modesta, pero su narración es humana aunque metafórica. Un hombre vive con una muñeca hinchable, pero ésta toma vida y se va de casa cuando su propietario acude al trabajo.
En el 1973, Luis García Berlanga había dirigido con el mismo tema Tamaño natural (ó Grandeur nature), aunque rodada en Francia porque la censura española del invicto general Franco no se lo permitía rodar en nuestro país. Esta película provocó la indignación de las asociaciones feministas porque consideraron que la película era misógina y degradaba el papel de la mujer en una relación de pareja porque el hombre la consideraba un objeto sexual. Yo en cambio pensé que esta lectura estaba equivocada porque tanto el film de Berlanga como la cinta japonesa que nos ocupa tratan de la incapacidad del hombre de tener una relación igualitaria con una mujer a la que convierte en mero objeto pasivo. En el mismo año, Pedro Olea rodó No es bueno que el hombre esté sólo con José Luis López Vázquez y Carmen Sevilla, curiosamente se la dejaron rodar en España cuando a Berlanga se lo impidieron. Con afán completista recuerdo Dinero negro (1984) del caro amigo Carles Benpar, en que el propio Berlanga hacía un breve papel de un hombre que vivía precisamente con una muñeca.
Más que machista yo considero que tal circunstancia es triste, una muñeca hinchable no puede sustituir a ninguna mujer por muy perfectas que sean. Recurrir a ese método para paliar la soledad es algo terrible, doloroso e inhumano.
El personaje de Air Doll, aunque de cultura lejana a la nuestra, demuestra que tampoco somos tan diferentes como las circunstancias aparentan.
La incomunicación, el machismo, impiden una relación fluida entre dos seres humanos porque sus genitales son distintos. Y también porque nuestra tradición cultural condiciona nuestra intimidad. Si las películas de Berlanga y Olea mostraban la relación desde el punto de vista masculino, Koreeda nos muestra en cambio el femenino.
Air Doll en realidad es una metáfora sobre la condición femenina en una cultura que la ningunea y la reduce a mero objeto sexual que la limita, la perjudica y la convierte en un ser invisible sin ninguna personalidad.
Su estilo narrativo es muy japonés, sin grandes estridencias y un relato lento, reflexivo y sutil. La muñeca hinchable queda reducida a un papel de usar y tirar como si careciera de valor. La condición humana es mezquina y triste. Sin embargo se olvida que al degradar a la mitad de la sociedad en realidad nos degradamos también a nosotros mismos. La incomunicación provoca nuestra soledad de la que es muy difícil salir.
Air Doll no tiene espectaculares efectos especiales, su factura es modesta, pero su narración es humana aunque metafórica. Un hombre vive con una muñeca hinchable, pero ésta toma vida y se va de casa cuando su propietario acude al trabajo.
En el 1973, Luis García Berlanga había dirigido con el mismo tema Tamaño natural (ó Grandeur nature), aunque rodada en Francia porque la censura española del invicto general Franco no se lo permitía rodar en nuestro país. Esta película provocó la indignación de las asociaciones feministas porque consideraron que la película era misógina y degradaba el papel de la mujer en una relación de pareja porque el hombre la consideraba un objeto sexual. Yo en cambio pensé que esta lectura estaba equivocada porque tanto el film de Berlanga como la cinta japonesa que nos ocupa tratan de la incapacidad del hombre de tener una relación igualitaria con una mujer a la que convierte en mero objeto pasivo. En el mismo año, Pedro Olea rodó No es bueno que el hombre esté sólo con José Luis López Vázquez y Carmen Sevilla, curiosamente se la dejaron rodar en España cuando a Berlanga se lo impidieron. Con afán completista recuerdo Dinero negro (1984) del caro amigo Carles Benpar, en que el propio Berlanga hacía un breve papel de un hombre que vivía precisamente con una muñeca.
Más que machista yo considero que tal circunstancia es triste, una muñeca hinchable no puede sustituir a ninguna mujer por muy perfectas que sean. Recurrir a ese método para paliar la soledad es algo terrible, doloroso e inhumano.
El personaje de Air Doll, aunque de cultura lejana a la nuestra, demuestra que tampoco somos tan diferentes como las circunstancias aparentan.
La incomunicación, el machismo, impiden una relación fluida entre dos seres humanos porque sus genitales son distintos. Y también porque nuestra tradición cultural condiciona nuestra intimidad. Si las películas de Berlanga y Olea mostraban la relación desde el punto de vista masculino, Koreeda nos muestra en cambio el femenino.
Air Doll en realidad es una metáfora sobre la condición femenina en una cultura que la ningunea y la reduce a mero objeto sexual que la limita, la perjudica y la convierte en un ser invisible sin ninguna personalidad.
Su estilo narrativo es muy japonés, sin grandes estridencias y un relato lento, reflexivo y sutil. La muñeca hinchable queda reducida a un papel de usar y tirar como si careciera de valor. La condición humana es mezquina y triste. Sin embargo se olvida que al degradar a la mitad de la sociedad en realidad nos degradamos también a nosotros mismos. La incomunicación provoca nuestra soledad de la que es muy difícil salir.
Título V.O.: Kûki ningyô Año de producción: 2009 Distribuidora: Golem Género: Drama Estreno: 18 de junio de 2010 Director: Hirozaku Koreeda Guión: Hirozaku Kore-Eda Música: World's End Girlfriend Fotografía: Mark Lee Ping-Bing Intérpretes: Bae Doo-na (muñeca hinchable), Arata (Junichi), Itao Itsuji (Hideo), Joe Odagiri (Sonoda), Sumiko Fuji (Chiyoko), Masaya Takahashi (Keiichi)
1995 - Maboroshi no hikari
1999 - After life
2001 - Distance
2004 - Nadie sabe, (Nobody Knows)
2006 - Hana yori mo naho
2008 - Aruitemo aruitemo, (Still Walking)
2009 - Kûki ningyô, (Air Doll). Adaptación del manga de Yoshiie Gōda
Filmografía de Hirozaku Koreeda
Largometrajes
Largometrajes
1995 - Maboroshi no hikari
1999 - After life
2001 - Distance
2004 - Nadie sabe, (Nobody Knows)
2006 - Hana yori mo naho
2008 - Aruitemo aruitemo, (Still Walking)
2009 - Kûki ningyô, (Air Doll). Adaptación del manga de Yoshiie Gōda
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