LA TRANSILVANIA CATALANA
EN "CANAL CUATRO"
Se anuncia que el domingo 22 de abril a la una de la madrugada se emitirá en Canal Cuatro, en Cuarto milenio,
el reportaje sobre la Transilvania Catalana que ha realizado Sebastián
d'Arbó, con aparición de Salvador Sáinz, sobre la famosa leyenda de los
dip, unos perros vampiros que existían en Pratdip, una pequeña población
de la provincia de Tarragona.
LOS PERROS VAMPIRO DE PRATDIP
El desaparecido Joan Perucho ideó en su Les histories naturals
las aventuras de un vampiro de la vieja escuela llamado Onofre de Dip.
Sin embargo, en este bello pueblecito del Baix Camp (Tarragona) nos
encontramos con una leyenda real de vampirismo, los dip, los perros
vampiro que dieron nombre al mismo.
En el siglo XIX la leyenda se extinguió, pero se creía que por los alrededores del pueblo merodeaban unos perros pequeños oscuros amenazadores que atemorizaban a los viajantes y a los trasnochadores de porrón y taberna.
En el retablo de Santa Marina de 1602 ya aparecían esos diabólicos canes y también en el de 1730 con un fondo dorado. En el escudo de la villa aparecen con una pierna levantada y la cola alzada con boca abierta y lengua colgante mostrando una expresión feroz.
Esos canes del averno sembraron el terror en los animales de la zona a los que atacaban, asesinaban y bebían su sangre, pero en realidad nadie los vio, sólo presentían su presencia demoníaca a través de unos ojos terroríficos que brillaban en la negra noche.
En la entrada del pueblo, en la actualidad, aparece la imagen de un perro más amable pero se echa de menos aquellos canes endiablados de las antiguas leyendas fruto de la imaginación popular o quizá de algún hecho difícil de explicar.
Debajo un mapa de la zona donde está Pratdip, al lado el escudo del pueblo donde podemos distinguir a un dip, un perro vampiro de la leyenda a la que hacemos referencia.
En el siglo XIX la leyenda se extinguió, pero se creía que por los alrededores del pueblo merodeaban unos perros pequeños oscuros amenazadores que atemorizaban a los viajantes y a los trasnochadores de porrón y taberna.
En el retablo de Santa Marina de 1602 ya aparecían esos diabólicos canes y también en el de 1730 con un fondo dorado. En el escudo de la villa aparecen con una pierna levantada y la cola alzada con boca abierta y lengua colgante mostrando una expresión feroz.
Esos canes del averno sembraron el terror en los animales de la zona a los que atacaban, asesinaban y bebían su sangre, pero en realidad nadie los vio, sólo presentían su presencia demoníaca a través de unos ojos terroríficos que brillaban en la negra noche.
En la entrada del pueblo, en la actualidad, aparece la imagen de un perro más amable pero se echa de menos aquellos canes endiablados de las antiguas leyendas fruto de la imaginación popular o quizá de algún hecho difícil de explicar.
Debajo un mapa de la zona donde está Pratdip, al lado el escudo del pueblo donde podemos distinguir a un dip, un perro vampiro de la leyenda a la que hacemos referencia.
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