100 AÑOS DE
PELIS CATASTRÓFICAS
Hace cien años que se hundió el Titanic que ha inspirado toda clase de películas, incluso un musical mediocre titulado Molly Brown siempre a flote con Debbie Reynolds.
Mucho podríamos hablar de estas películas que mucha gente evita porque es costumbre de empatiza con los personajes que aparecen y no nos gustan tantas desgracias juntas.
Se acaba de reponer la versión espectacular de James Cameron en 3D con Leonardo DiCarpio y Kate Winslet pero prefiero recordar una versión mucho más entrañable, la de 1958 que fue dirigida por el británico Roy Ward Baker, un cineasta a reivindicar, con Kenneth More de protagonista. Se titulaba La última noche del Titanic con un largo elenco de actores británicos: David McCallum, futuro agente de Cipol, Honor Blackman como gran estrella y Sean Connery, entonces un secundario desconocido, años después las tornas se giraron en James Bond contra Goldfinger; Desmond Llewelynetc futuro Q.
Basada en el libro A Night to Remember de Walter Lord, que relata la noche final del trasatlántico. El equipo de producción, supervisado por el productor William Macquitty, utilizó los planos originales de la nave para recrear los escenarios.
La película en blanco y negro es considerada la mejor producida sobre dicho tema y ganó un Globo de Oro en 1959 a la mejor película extranjera.
La versión de James Cameron, realizada con mayores medios económicos, estaba basado precisamente en esta versión mucho más modesta pero más interesante desde un punto de vista cinematográfico.
Roy Ward Baker, años después, trabajó para la Hammer y para la Amicus, creando interesantes películas para estas productoras sobresaliendo El doctor Jekyll y la hermana Hyde y Las amantes vampiro.
Anteriormente rodó Niebla en el alma con Marilyn Monroe en un papel inquietante, distinto al resto de la filmografia de la rubia sex symbol.
Debajo de estas líneas incluimos una imagen de un film mudo, El hundimiento del Titanic, rodado en los estudios alemanes en 1912, poco después de la tragedia.
Mucho podríamos hablar de estas películas que mucha gente evita porque es costumbre de empatiza con los personajes que aparecen y no nos gustan tantas desgracias juntas.
Se acaba de reponer la versión espectacular de James Cameron en 3D con Leonardo DiCarpio y Kate Winslet pero prefiero recordar una versión mucho más entrañable, la de 1958 que fue dirigida por el británico Roy Ward Baker, un cineasta a reivindicar, con Kenneth More de protagonista. Se titulaba La última noche del Titanic con un largo elenco de actores británicos: David McCallum, futuro agente de Cipol, Honor Blackman como gran estrella y Sean Connery, entonces un secundario desconocido, años después las tornas se giraron en James Bond contra Goldfinger; Desmond Llewelynetc futuro Q.
Basada en el libro A Night to Remember de Walter Lord, que relata la noche final del trasatlántico. El equipo de producción, supervisado por el productor William Macquitty, utilizó los planos originales de la nave para recrear los escenarios.
La película en blanco y negro es considerada la mejor producida sobre dicho tema y ganó un Globo de Oro en 1959 a la mejor película extranjera.
La versión de James Cameron, realizada con mayores medios económicos, estaba basado precisamente en esta versión mucho más modesta pero más interesante desde un punto de vista cinematográfico.
Roy Ward Baker, años después, trabajó para la Hammer y para la Amicus, creando interesantes películas para estas productoras sobresaliendo El doctor Jekyll y la hermana Hyde y Las amantes vampiro.
Anteriormente rodó Niebla en el alma con Marilyn Monroe en un papel inquietante, distinto al resto de la filmografia de la rubia sex symbol.
Debajo de estas líneas incluimos una imagen de un film mudo, El hundimiento del Titanic, rodado en los estudios alemanes en 1912, poco después de la tragedia.
La Alemania nazi, con fines propagandísticos, abordó el tema en 1943. La película, llamada simplemente Titanic,
presenta a un héroe alemán ficticio en el papel de primer oficial de
la nave. En la película se emplearon marinos alemanas reales como
extras, a pesar de la guerra que se estaba peleando en esa época.
La película es un directo ataque a la sociedad británica. Representa el hundimiento como resultado de la codicia y ambición de Joseph Bruce Ismay, presidente de White Star la naviera propietaria del buque, y otros millonarios que también viajan a bordo del Titanic.
A las finales, después de una breve presentación, la película fue retirada de las salas y prohibida por Goebbels porque se decidió que las trágicas imágenes podrían ser desmoralizadoras para la población alemana que sufría intensos bombardeos en esos momentos. Su director original, Herbert Selpin, fue detenido – y más tarde fue encontrado muerto en la prisión – después de hablar en contra de los oficiales de Kriegsmarine que trabajaron como asesores de la película.
La película es un directo ataque a la sociedad británica. Representa el hundimiento como resultado de la codicia y ambición de Joseph Bruce Ismay, presidente de White Star la naviera propietaria del buque, y otros millonarios que también viajan a bordo del Titanic.
A las finales, después de una breve presentación, la película fue retirada de las salas y prohibida por Goebbels porque se decidió que las trágicas imágenes podrían ser desmoralizadoras para la población alemana que sufría intensos bombardeos en esos momentos. Su director original, Herbert Selpin, fue detenido – y más tarde fue encontrado muerto en la prisión – después de hablar en contra de los oficiales de Kriegsmarine que trabajaron como asesores de la película.
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