JOHN CARTER
Cuando vi las primeras fotos de John Carter me temí un subConan de lo más indigesto, pero al enterarme de que estaba basado en una novela de Edgar Rice Burroughs ya comencé a interesarme más. Leí que la película había pinchado en los Estados Unidos, pero que había tenido mucho más éxito en Europa. No es la primera vez ni la última que eso ocurre. Somos públicos distintos. El público europeo es mucho más culto que el del otro lado del Atlántico donde gustan más las horteradas y las pamplinas de pésimo gusto. No hay más que ver las series que nos llegan desde Hollywood y su escaso nivel intelectual. El cine europeo es muy superior, y las series nos digamos. Pero lo curioso es que se le de la espalda a uno de sus más prolíficos y exitosos escritores como fue Edgar Rice Burroughs autor de la serie sobre Tarzán, banalizada por Hollywood, el ciclo Pellucidar y ahora el ciclo Barsoom, nombre de cómo se llama al planeta Marte los habitantes de dicho lugar que utilizarán un idioma diferente de los terráqueos.
Naturalmente los gringos ya se han preocupado de que en la película no se vean mamas femeninas ni genitales de hombre o de mujer. Ya se sabe cómo es el puritanismo calvinista que predomina en aquella nación y que tratan de imponer al resto del mundo. Resulta curioso pero en una película de Walt Disney, como por ejemplo la tercera entrega de Piratas del Caribe, en el fin del mundo podemos ver cómo las tropas inglesas ahorcan centenares de personas, hombres, mujeres y niños, pero nada de anatomía humana porque es un film familiar. En fin, queridos lectores y queridas lectoras, hay sociedades que necesitan un psicoanálisis colectivo.
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