Era el año 43 de nuestra era cuando el emperador Claudio reinició la conquista de la isla Britania enviando tropas al mando de Aulo Plaucio. Los britanos fueron vencidos en las batallas de Medway y Támesis, tras lo cual Plaucio tomó Camulodunum (actual Colchester).
Mientras los once líderes del sudeste de Britania se rindieron a los invasores , Caractacus huyó al oeste iniciando la resistencia en Gales. El caudillo britano logró sumar a las tribus de los Silures, ordovices, demetae y deceangli.
Fue en el 47 cuando Publius Ostorius Scapula, sucesor de Plaucio, inició su campaña atacando a Gales.
En el 50 Scapula avanzó finalmente sobre territorio de los ordovices y consiguió derrotar a la coalición en la Batalla de Caer Caradoc. En la batalla los romanos capturaron a la esposa e hija de Carataco y posteriormente al hermano, que se rindió a los vencedores.
Caratacus consiguió huir al norte, al territorio de los deceangli, pero fue perseguido y tras pasar por tierras de los cornovii pidió refugio en la corte de Cartimandua, la reina de los brigantes, pero ésta lo entregó encadenado a los romanos.
Caratacus fue llevado a Roma y exhibido por Claudio en su triunfo. La dignidad que demostraba y un magnifico discurso movió a Claudio a no ejecutarlo. El Senado consideró la victoria como una de los grandes triunfos de Roma y concedió a Scapula ornamentos triunfales.
Liberado, Dion Casio afirma que impresionado por la ciudad se preguntó:
"cómo pueden ellos teniendo tales posesiones ambicionar nuestras pobres cabañas?"
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