LA MALDICIÓN DE "THE HOBBIT"
Decenas de fechas y ninguna cumplida, promesas de futuro, bancarrota de la Metro-Goldwyn-Mayer, ultimátums y deserciones, boicot sindical... e incluso fuego. Era lo único que le faltaba a la gafada película de El Hobbit para engrosar su lista de desgracias. Un incendio de las instalaciones que el propio Peter Jackson tenía en Nueva Zelanda ha destrozado decorados que se iban a usar en la precuela de El Señor de los Anillos.
Ni Sauron lo hubiera planeado mejor. Cuando El Hobbit levantaba la cabeza... el fuego arrasa. Un taller en Wellington (Portsmouth Miniatures Studio) el que se elaboraban y almacenaban parte de las miniaturas que el cineasta neozelandés iba a usar para el rodaje de El Hobbit fue pasto de las llamas el pasado fin de semana. Medio centenar de bomberos trabajaron durante más de tres horas para extinguir las llamas. Sus esfuerzos lograron controlar el fuego, pero todo lo que había en el interior de este taller quedó calcinado.
Las primeras informaciones apuntaban a que se trató de un incendio provocado y no tardaron en salir a la palestra los dedos acusadores que señalaban a los sindicatos de actores como culpables del desastre. Y aunque investigaciones posteriores han descartado toda sospecha criminal (señalan que el incendio fue accidental provocado por un fallo eléctrico en el taller) tras la guerra declarada entre los productores de la película y los sindicatos no era descabellado pensar en una vendetta.
La semana pasada los sindicatos ordenaron a sus afiliados no trabajar en el proyecto de Peter Jackson por las malas condiciones laborales que ofrecen. Un boicot al que el cineasta respondió con la amenaza de llevarse el rodaje fuera de su tierra natal, con la "vergüenza" y las consecuencias que eso tendría para la industria neozelandesa.
De hecho, la Warner ya ha comenzado a buscar localizaciones en Reino Unido, Canadá, Australia y Europa del Este para rodar allí El Hobbit. Para evitar llegar hasta este extremo, incluso el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, ha anunciado ya en la televisión que mediará entre sindicatos y productores para intentar terminar con la disputa. La Tierra Media está que arde.
Las primeras informaciones apuntaban a que se trató de un incendio provocado y no tardaron en salir a la palestra los dedos acusadores que señalaban a los sindicatos de actores como culpables del desastre. Y aunque investigaciones posteriores han descartado toda sospecha criminal (señalan que el incendio fue accidental provocado por un fallo eléctrico en el taller) tras la guerra declarada entre los productores de la película y los sindicatos no era descabellado pensar en una vendetta.
La semana pasada los sindicatos ordenaron a sus afiliados no trabajar en el proyecto de Peter Jackson por las malas condiciones laborales que ofrecen. Un boicot al que el cineasta respondió con la amenaza de llevarse el rodaje fuera de su tierra natal, con la "vergüenza" y las consecuencias que eso tendría para la industria neozelandesa.
De hecho, la Warner ya ha comenzado a buscar localizaciones en Reino Unido, Canadá, Australia y Europa del Este para rodar allí El Hobbit. Para evitar llegar hasta este extremo, incluso el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, ha anunciado ya en la televisión que mediará entre sindicatos y productores para intentar terminar con la disputa. La Tierra Media está que arde.
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