UNA GRAN ADAPTACIÓN
La película más esperada del año, Las aventuras de Tintín de Steven Spielberg. Muchos temen un fracaso pero no, se trata de una de las mejores películas del director de Encuentro en la tercera fase y una recreación perfecta del mundo de Hergé.
Se utiliza la técnica del mo-cap, la Motion Capture. Unos actores se
visten con un traje de captura que llevan unos sensores que captan todos
sus movimientos, incluyendo los faciales, para llevarlos al ordenador y
después traspasarlos a unas figuras creadas con personajes
informáticos.
Andy Serkis, el Gollum de la trilogía El señor de los anillos, de King Kong y El origen del planeta de los simios,
es un gran especialista en esta técnica. Aqui interpreta al famoso
capitán Haddock y su antepasado el capitán Fernando de Hadoque con
auténtica maestría. Se está convirtiendo en todo un icono del nuevo
género.
La película es muy dinámica, a veces excesiva, pero mantiene toda la
atención en cada plano hasta su desenlace abierto para una secuela
puesto que ya ocurría así en el comic original en que se basa el guión
que respeta todos los personajes y situaciones que desde décadas han
cautivado a los lectores de todo el mundo.
Destaca también la forma que tiene la película en encadenar las
secuencias, utilizando unas transiciones muy imaginativas. Los
personajes son todos ellos entrañables pero los secundarios eclipsan al
protagonista. Tintin, desde su concepción en el comic, tiene pocos
matices ya que Hergé no nos cuenta nada ni de él ni de sus amoríos. Por
eso la atención se centra más en el malencarado capitán Haddock,
borrachín y pendenciero, enseguida llega al corazón del público que
suele ponerse de su parte y reirle las gracias así como a los
desastrosos detectives Dupont, Fernando y Hernando, toda una desgracia
para la profesión y padres espirituales del inspector Clouseau que bordó
Peter Sellers.
Es posible que durante los próximos meses Las aventuras de Tintín
se convierta en la película de moda, que durante décadas la veremos
convertida en todo un clásico, un referente para los espectadores de más
corta edad que acudirán ilusionados a su proyección como nosotros
devorábamos sus aventuras editoriales que permanecen impertéritos en
nuestra memoria colectiva.
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