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Sam Worthington en cartelera

AVATAR - EDICIÓN ESPECIAL

Tal como anunció James Cameron, Avatar regresa a las pantallas con ocho minutos extra. ¿Era necesario ese reestreno tan forzado? Desde luego no, si se hubiera estrenado en versión extendida en DVD en su día estaría más que justificado. En las salas siempre existe la obsesión por la duración standard, los minutos de más son considerados excesivos. En realidad entran aquí los intereses de las salas de exhibición, una película demasiado larga supone menos pases y menos taquilla. Por eso siempre se recurre a la voraz tijera, a una censura económica de la que nadie habla y que nadie denuncia.
En cambio, en DVD o Blu-Ray el mercado es diferente porque los discos los vemos cuando nos parece oportuno sentados en nuestra cómoda butaca y entran más en vigor los intereses del consumidor y de rebote los del autor. Por eso se pueden recuperar aquellos minutos que se quedaron en la sala de montaje.

En mi caso este reestreno me ha sido útil porque he conocido la versión en 3D ya que la sala equipada con esta tecnología se ha abierto hace escasos meses en mi ciudad de residencia. El resultado es espectacular y he de reconocer que la película gana mucho con esta técnica.
Avatar ha sido acogida, como siempre, con división de opiniones. Existe un sector del público que rechaza de plano todas las películas cuando se estrenan pero las mitifican cuando el tiempo las convierte en clásicos. Al parecer es un hecho inevitable.

El protagonista se llama Sam Worthington. Por casualidad el reestreno aludido coincide con la llegada a las tiendas del DVD y Blu-Ray de Furia de Titanes en la que el susodicho actor interpreta a Perseo. La película de Louis Leterrier no tiene esa aureola mítica de Avatar, tampoco de la versión de Ray Harryhausen en los ochenta que es muy superior a ésta.
Basado en el Libro IV de la Metamorfosis del poeta romano Ovidio, conocemos las aventuras mitológicas de Perseo, hijo de Zeus y Danae, que si en la versión clásica de Harryhausen es respetada no ocurre lo mismo que en la moderna de Leterrier en la que si bien técnicamente es impecable, está bien realizada (no es el desastre que algunos han escrito), argumentalmente es una auténtica tomadura de pelo.
La clásica arrogancia norteamericana de creerse que están por encima de todo, reescriben la mitología, la traicionan y la deforman a su antojo.

Resulta insultante ese desprecio absoluto a unos textos que forman parte de nuestra cultura por cuestiones que nadie comprende. ¿La comercialidad? ¿es comercial un mal guión? ¿es rentable la incultura? Furia de titanes (2010), no la clásica, forma parte de una cinematografía que hace años ha perdido el norte en la que para hacer dinero todo vale y se trata con auténtico desprecio nuestra cultura y ofenden al público con su falta de honestidad.

Sam Worthington cumple como actor, Gemma Arteton nos gusta más pero su personaje está fuera de lugar mientras que Andrómeda es reducida a la mínima expresión. Lamentable.

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