LA PÉRFIDA ALBIÓN
ATACA DE NUEVO
ATACA DE NUEVO
Durante siglos, para la católica España, el rey inglés Enrique VIII era el villano por excelencia. Casado con Catalina de Aragón, hija de los reyes católicos, hermana de Juana La Loca, fue tan desdichada como ésta porque su esposo la repudió y la encerró en un castillo por lo que en nuestra historia es considerada una mártir. En las películas inglesas la suelen afear mucho, pero en realidad no fue así. Catalina era una mujer madura, mayor que su esposo el rey, y como no tuvo hijos varones ya que estos fallecían sin remedio, el monarca se buscó otra dama más joven para sustituirle en el lecho y el trono.
El linaje de los Trastamara, los hijos de los Reyes Católicos, fueron desafortunados y su extirpe se extinguió dejando paso a los Austrias. Sin embargo la semilla del rey Enrique tampoco debía ser de gran calidad porque los hijos que le sucedieron tuvieron mal fin a excepción de la princesa Isabel.
El cine y posteriormente la televisión no podía ser insensible a estas historias, sobretodo para mostrar al monarca inglés como un déspota, un villano de opereta aunque la realidad de aquel tiempo era mucho más compleja.
La muerte de Enrique sin sucesor podría haber provocado una cruenta guerra civil y era necesario evitarla a toda costa. No todo es negro o blanco según se cuente. Hay muchos colores intermedios, pero lo cierto es que desde entonces Inglaterra ya no fue la misma.
Estos hechos tienen amplia filmografía, recordemos a Charles Laughton como impagable monarca o Jean Simmons como la reina Isabel que ha tenido numerosos rostros de actrices importantes: Cate Blanchett, Judy Dench o Glenda Jackson, grandes amas de la escena británica. Menos filmografía tuvo Maria (Bloody Mary), la hija de Catalina y Enrique, recordada como una reina cruel y vengativa o la del hijo Eduardo VI de breve reinado por morir siendo un niño (recordemos las diferentes versiones de Príncipe y mendigo).
Está reciente aún el estreno de Las hermanas Bolena (2008) de Justin Chadwick con Natalie Portman y Eric Bana en que la realidad histórica se la pasan por el foro, al igual que la serie aludida, Los Tudor (2007-2020), recientemente estrenada y que está en su cuarta temporada.
De hecho parece un culebrón histórico con sucesión de escenas de alcoba que buscan despertar morbo más que describir unos hechos. Ello no quiere decir que la serie sea mala, ni mucho menos. Pero es evidente que cae en el sensacionalismo con fines comerciales.
La Ana Bolena, Natalie Dormer, nos aparece con un rostro viciosillo y con malas pulgas. La pareja con el rey, se olvida que entre ellos había una gran diferencia de edad, muestra una pasión indescriptible que llevó a una crisis en todas las cortes europeas y a la ruptura con la Iglesia Romana, así como daños colaterales. Persecuciones religiosas que llevaron al patíbulo a muchas personas sólo por el hecho de permanecer fieles al catolicismo.
Naturalmente el rey acabó harto de su nueva esposa y se buscó otra, Jane Seymour, que falleció de forma imprevista dejándole como heredero al ya mencionado príncipe Eduardo.
Pero lo más impresionante de la serie es el retrato de una corte corrupta en que los padres prostituyen a sus hijas apra que sean las concubinas del rey y así obtener prebendas, cargos públicos y títulos nobiliarios.
Los Bolena carecían del menor escrúpulo para conseguir sus fines, eran mezquinos y rastreros. Pero la jugada les salió mal, ana y su hermano acabaron en el patíbulo y la familia en la ruina. La quinta esposa, Catalina Howard, de 17 años, casada con un Enrique ya mayor y enfermo de gota, que era prima de Ana, también acabó con la cabeza cercenada.
Los historiadores demostraron que Ana Bolena, si es verdad que era mujer ambiciosa y sin escrúpulos, fue decapitada injustamente por adulterios que no cometió.
A veces pienso ¿porqué no se hacen series sobre las cortes españolas? ¿y las catalanas de Ramones Berenguer y compañía? Algunas de ellas no tienen nada que envidiar a la del rey inglés que nos ocupa. Sería un buen tema para desarrollar.
El linaje de los Trastamara, los hijos de los Reyes Católicos, fueron desafortunados y su extirpe se extinguió dejando paso a los Austrias. Sin embargo la semilla del rey Enrique tampoco debía ser de gran calidad porque los hijos que le sucedieron tuvieron mal fin a excepción de la princesa Isabel.
El cine y posteriormente la televisión no podía ser insensible a estas historias, sobretodo para mostrar al monarca inglés como un déspota, un villano de opereta aunque la realidad de aquel tiempo era mucho más compleja.
La muerte de Enrique sin sucesor podría haber provocado una cruenta guerra civil y era necesario evitarla a toda costa. No todo es negro o blanco según se cuente. Hay muchos colores intermedios, pero lo cierto es que desde entonces Inglaterra ya no fue la misma.
Estos hechos tienen amplia filmografía, recordemos a Charles Laughton como impagable monarca o Jean Simmons como la reina Isabel que ha tenido numerosos rostros de actrices importantes: Cate Blanchett, Judy Dench o Glenda Jackson, grandes amas de la escena británica. Menos filmografía tuvo Maria (Bloody Mary), la hija de Catalina y Enrique, recordada como una reina cruel y vengativa o la del hijo Eduardo VI de breve reinado por morir siendo un niño (recordemos las diferentes versiones de Príncipe y mendigo).
Está reciente aún el estreno de Las hermanas Bolena (2008) de Justin Chadwick con Natalie Portman y Eric Bana en que la realidad histórica se la pasan por el foro, al igual que la serie aludida, Los Tudor (2007-2020), recientemente estrenada y que está en su cuarta temporada.
De hecho parece un culebrón histórico con sucesión de escenas de alcoba que buscan despertar morbo más que describir unos hechos. Ello no quiere decir que la serie sea mala, ni mucho menos. Pero es evidente que cae en el sensacionalismo con fines comerciales.
La Ana Bolena, Natalie Dormer, nos aparece con un rostro viciosillo y con malas pulgas. La pareja con el rey, se olvida que entre ellos había una gran diferencia de edad, muestra una pasión indescriptible que llevó a una crisis en todas las cortes europeas y a la ruptura con la Iglesia Romana, así como daños colaterales. Persecuciones religiosas que llevaron al patíbulo a muchas personas sólo por el hecho de permanecer fieles al catolicismo.
Naturalmente el rey acabó harto de su nueva esposa y se buscó otra, Jane Seymour, que falleció de forma imprevista dejándole como heredero al ya mencionado príncipe Eduardo.
Pero lo más impresionante de la serie es el retrato de una corte corrupta en que los padres prostituyen a sus hijas apra que sean las concubinas del rey y así obtener prebendas, cargos públicos y títulos nobiliarios.
Los Bolena carecían del menor escrúpulo para conseguir sus fines, eran mezquinos y rastreros. Pero la jugada les salió mal, ana y su hermano acabaron en el patíbulo y la familia en la ruina. La quinta esposa, Catalina Howard, de 17 años, casada con un Enrique ya mayor y enfermo de gota, que era prima de Ana, también acabó con la cabeza cercenada.
Los historiadores demostraron que Ana Bolena, si es verdad que era mujer ambiciosa y sin escrúpulos, fue decapitada injustamente por adulterios que no cometió.
A veces pienso ¿porqué no se hacen series sobre las cortes españolas? ¿y las catalanas de Ramones Berenguer y compañía? Algunas de ellas no tienen nada que envidiar a la del rey inglés que nos ocupa. Sería un buen tema para desarrollar.
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